Primero mis amigos y yo fuimos a los desfiles de Anke SchÖlder y Krizia Robustella. Esta última sin dejarnos de sorprender tal y como nos tiene acostumbrados.
Tras finalizar el desfile, entramos enla zona de backstage. La sala de maquillaje de L'oreal era tal y como la vemos por la televisión: enorme y llenade focos. Y vi una cosa súper graciosa, me encantó: en una de las paredes estaba escrito : ¡Viva la cecina de León!
Y después pasamos a la sala VIP en la cual nos servían el cóctel diseñado por cada diseñador (perdón por la anáfora.) El sitio era pescioso, todo él decorado en azul y detalles barrocos. Fue entonces cuando saqué la niña que llevo dentro: el cóctel tenía en el fondo Lacasitos y claro, yo no me podía resistir a dejarles en el fondo de la copa. Y por supuesto no iba a meter los dedos en ella. Fue entonces cuando me llegó una taque de lucidez y sólo se me ocurrió agitar la copa para alcanzar mejor los Lacasitos. ¿ómo acabó todo? Con los hielos por los aires y finalmente en la moqueta. Justo entonces decidimos`por marcharnos de allí e ir a fisgonear los alrededores.
Estaba lleno de stands de revistas de moda como Telva o Vogue y en el espacio del chocolate Côt D'or incluso te daban un relajante masaje.Desde luego, fue un día único.
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